En medio de una tormenta perfecta que golpea los mercados globales, la economía argentina se ve arrastrada por los coletazos del pánico inversor. Ante el desplome de las bolsas, caída de commodities y presiones sobre monedas emergentes, expertos advierten un escenario adverso para los activos locales.
Si bien el plan económico y el cepo cambiario actúan como amortiguadores, los especialistas no descartan presiones sobre la brecha cambiaria y el riesgo país. «Argentina está afectada por la baja del Nasdaq, devaluación del real y desplome de la soja», señaló Salvador Di Stefano, analista financiero.
La debacle en los mercados profundiza los desafíos para el Gobierno, que busca nuevas líneas de financiamiento externo y un acuerdo con el FMI. «Los burócratas del Fondo no tienen apuro en cerrar un trato. Argentina tiene premura por levantar el cepo, pero el stock de pesos supera al de dólares», advirtió Di Stefano.
Juan Manuel Franco, de Grupo SBS, advierte impactos por la «aversión global al riesgo» y potenciales bajas en commodities exportables. «Se mirará si el Gobierno interviene en los mercados ante la posición negativa de reservas», agregó.
Para Noelia Lucini, analista de Capital Markets, «los bonos sufren el sell off de riesgo tras el reporte de empleo en EEUU». En tanto, Roberto Geretto, de Fundcorp, habló de una «tormenta perfecta» que agregaría presión sobre la brecha cambiaria.
«Mientras el Merval se mantenga por encima de 1.000 puntos en dólares, la tendencia de largo plazo se mantiene alcista», ponderó Ayelén Romero, de Rava Bursátil. Jorge Fedio, de Clave Bursátil, confía en que la estructura alcista del mercado no se invalidó.
Ramiro Castiñeira, de Econométrica, enfatizó que «el éxito dependerá de una caída del riesgo país que permita refinanciar vencimientos de deuda». Mientras, VatNet reclama «mayores incentivos a la exportación».
En definitiva, el huracán financiero internacional genera nuevos desafíos para la gestión económica. Si bien confían en los cimientos construidos, los analistas urgen a monitorear de cerca la evolución de las variables externas e internas para evitar una tormenta de mayores proporciones.