Sergio Massa se dirigió a los votantes, confirmando lo que ya había sido revelado por fuentes de su partido. Durante los próximos diez días, su enfoque estará en asegurar el desembolso de USD 8 mil millones por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) y fomentar las relaciones bilaterales con Brasil, el segundo socio comercial más grande de Argentina. Después de cumplir con estos objetivos, Massa planea colaborar con la Confederación General del Trabajo (CGT), las asociaciones de empleadores y el Ministerio de Trabajo para determinar aumentos salariales, bonificaciones y otros beneficios sociales para los trabajadores y jubilados.
Massa afirmó que estas prioridades guiarán su campaña, la cual estará respaldada por sus actuales responsabilidades ministeriales. «No puedo pedirle a nadie que vote por mí para los próximos cuatro años si no les proporciono el marco mínimo de orden y previsibilidad para los próximos cuatro meses», expresó el ministro anoche.
Más allá de las dinámicas internas del oficialismo, el discurso de Massa pareció dirigirse a un espectro más amplio de votantes. El ministro/candidato abordó un tema de gran importancia para la oposición, resonando tanto entre los seguidores de Juntos por el Cambio como entre aquellos que se inclinan hacia ideales económicos libertarios: el papel del Estado y el tema de las huelgas laborales.
«El Estado debe brindar mejores servicios. La situación en la que un trabajador envía a su hijo a una escuela privada debido a las huelgas quincenales en las escuelas públicas… bueno, también debemos abordar eso. Tenemos que defender el papel del Estado como regulador de las relaciones sociales, pero un Estado eficiente», enfatizó Massa. Además, agregó: «Necesitamos hacer que el Estado sea más eficiente. Cuando un padre dice: ‘Tengo la opción de la escuela pública, pero hay 18 huelgas al año, me has dificultado la vida, amigo; no tengo dónde dejar a mi hijo’. Aquí debe haber un compromiso en el que digamos: ‘Basta de esta cultura en la que exigimos y hacemos huelga ante cualquier cosa. Es hora de detenerlo'».
El discurso de Sergio Massa no solo resaltó sus prioridades inmediatas con respecto a los desembolsos económicos y las relaciones internacionales, sino que también estableció un tono para su próxima campaña. Su llamado a un Estado más eficiente y la necesidad de abordar problemas como las huelgas laborales excesivas señalan un atractivo más amplio más allá de la base tradicional de su partido, con el objetivo de resonar con un espectro más amplio de votantes.