La reciente decisión de la Justicia sobre las elecciones de la UCR en la provincia de Buenos Aires ha dejado a Maximiliano Abad, actual presidente del partido, en una posición comprometida. La Cámara Nacional Electoral ha confirmado la existencia de «serias irregularidades» en el proceso electoral, lo que ha llevado a la anulación de los resultados en tres localidades: Ezeiza, Quilmes y La Matanza. Esta situación no solo implica la repetición de las elecciones en estas mesas, sino que también pone en tela de juicio la legitimidad de la gestión de Abad al frente de la UCR.
Las acusaciones de fraude han surgido desde ambos sectores en pugna, con los candidatos Miguel Fernández y Pablo Domenichini intercambiando reproches. Sin embargo, el fallo judicial ha sido interpretado de manera ambivalente por las facciones del partido. Mientras que el sector de Evolución, liderado por Domenichini, lo ve como una victoria que valida sus denuncias de manipulación electoral por parte del oficialismo de Abad, este último también ha alegado que el fallo confirma irregularidades en las mesas donde ganó la lista de Lousteau.
El fallo ha resaltado problemas graves, como la duplicación de certificados y la alteración de urnas, lo que refuerza las sospechas de fraude y deja a Abad en una posición difícil. A esto se suma el ocultamiento de actas oficiales del escrutinio, lo que genera aún más desconfianza sobre la transparencia del proceso electoral bajo su liderazgo. La situación se complica aún más con la proximidad del fin de su mandato, el 28 de marzo, lo que obliga a una rápida resolución de la crisis interna.
En el Senado, las tensiones entre Abad y Lousteau también se han intensificado, con acusaciones de falta de compromiso y especulación política. Lousteau ha criticado abiertamente a Abad por su actitud y su supuesta falta de acción, mientras que Abad ha respondido con desdén, recordando el pasado político de Lousteau. La interna de la UCR bonaerense se encuentra en un punto crítico, con la posibilidad de que las próximas elecciones no solo definan la dirección del partido, sino también la legitimidad de su liderazgo.