En un contexto económico complicado para las provincias, los gobernadores buscaron evitar la confrontación directa con el gobierno nacional y optaron por solicitar una reunión con el presidente Javier Milei. Tras un encuentro en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), 22 mandatarios provinciales y el jefe de gobierno porteño acordaron pedir una audiencia para discutir un nuevo pacto fiscal.
El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, fue designado como vocero y reconoció la «vocación reformista» del gobierno, aunque advirtió que las provincias, como «estados soberanos», deben ser parte de cualquier reforma fiscal. Torres destacó la intención de «reflotar de alguna manera el espíritu de cuerpo que tuvo el Pacto de Mayo».
Si bien trascendió la preocupación por el recorte de impuestos coparticipables, los gobernadores aliados al gobierno buscaron minimizar las críticas, a pesar de la dramática caída de recursos que afecta a sus jurisdicciones. El secretario general del CFI, Ignacio Lamothe, presentó un informe que evidencia los déficits actuales por el recorte gubernamental en la obra pública.
El encuentro contó con la participación de 18 gobernadores de manera presencial y otros cuatro de forma virtual. La ausencia más notoria fue la del gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, quien se excusó por su agenda de campaña electoral.
El temor a que el gobierno nacional presente listas propias en cada distrito en las próximas elecciones sería uno de los factores que influyó en la decisión de los gobernadores de evitar una confrontación directa con Milei. Antes del encuentro en el CFI, los gobernadores de Jujuy y Córdoba se reunieron con funcionarios nacionales para discutir la adhesión de sus provincias al plan de blanqueo oficial.