El anuncio de la candidatura de Cristina Kirchner a diputada bonaerense generó las primeras declaraciones por parte de referentes del Gobierno, adjudicándole el fracaso de la Argentina. Desde la Casa Rosada se optó por el silencio y la indiferencia, evitando darle protagonismo a la ex mandataria en el escenario electoral. Pero lo cierto es que el lanzamiento de la ex presidenta marca el cierre al plan de Milei de dejarla jugar electoralmente para poder quitar de escena al PRO.

Según fuentes oficiales, el presidente Javier Milei continuó con su agenda de trabajo en la Quinta de Olivos, sin prestar mayor atención a los movimientos de la líder peronista. La única voz que se alzó desde el oficialismo fue la de Iñaki Gutiérrez, colaborador del Presidente, quien criticó duramente a Kirchner y llamó a «aplastar al kirchnerismo» en las próximas elecciones.

La estrategia del gobierno parece ser la de minimizar la figura de Cristina Kirchner, considerándola una representante de ideas que «conducen al fracaso». De esta manera, se busca evitar que la ex presidenta se convierta en el centro de la discusión política y electoral.

Mientras tanto, en el peronismo bonaerense, la candidatura de Kirchner generó tensiones y desafíos al liderazgo de Axel Kicillof. En contraste, en el oficialismo se observa una mayor cohesión, con el ex presidente Mauricio Macri manifestando su apoyo a un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires.