Con la mirada puesta en el inminente calendario electoral, el PRO se encuentra en una carrera por reorganizarse en la provincia de Buenos Aires, buscando contener a los intendentes y líderes territoriales. La cumbre de referentes del partido amarillo está programada para el 17 de febrero en la sede nacional del PRO, ubicada en el barrio de San Telmo. Este encuentro, que contará con la participación de figuras clave como Cristian Ritondo, Diego Santilli y Soledad Martínez, tiene como objetivo establecer una estrategia política ante la posibilidad de una alianza con La Libertad Avanza.
La presión por definir una postura clara ante la creciente influencia de los libertarios es palpable entre los jefes comunales. En este sentido, el PRO ha estado realizando movimientos en diferentes distritos de la provincia para consolidar su estructura. Este sábado, Ritondo convocará a legisladores y dirigentes en Pehuajó, donde se espera que se discutan los pasos a seguir en la provincia más poblada del país.
Los intendentes del PRO están cada vez más convencidos de que un acuerdo con Javier Milei es necesario, ya que reconocen que los libertarios han captado gran parte de su electorado. Existe un consenso entre ellos de que si el PRO se presenta de manera independiente a La Libertad Avanza, el peronismo podría salir beneficiado en las elecciones.
En este contexto, el PRO se enfrenta a la tarea de renovar ocho bancas en la Legislatura bonaerense y siete en la Cámara Baja, lo que añade urgencia a su reestructuración. Mauricio Macri, desde su residencia en Cumelén, está al tanto de los movimientos y busca evitar una fuga de dirigentes hacia el espacio de Milei. Sin embargo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, está liderando un grupo que intenta atraer a miembros del PRO hacia La Libertad Avanza, lo que genera tensiones internas.
Mientras tanto, Néstor Grindetti, actual miembro del Gabinete porteño, planea renunciar para concentrarse en el PRO en la provincia, aunque ha recibido ofertas para unirse a los libertarios. La situación es compleja, y los principales líderes del PRO saben que deben actuar con rapidez para evitar que el peronismo capitalice cualquier división en sus filas.