El gobierno argentino y ciertos sectores libertarios han salido a respaldar las declaraciones de Javier Milei, quien vinculó la homosexualidad con la pedofilia durante su intervención en Davos. A pesar de la indignación que generaron sus palabras, el oficialismo parece haber cambiado de rumbo, afirmando que el presidente tenía razón en sus comentarios.

La controversia estalló tras una masiva marcha en respuesta a las afirmaciones de Milei. Inicialmente, el gobierno intentó desmarcarse de las acusaciones, pero dos semanas después, algunos funcionarios comenzaron a justificar las palabras del presidente. Milei, en un intento de suavizar la situación, afirmó que había sido «descontextualizado» y que su mensaje había sido editado. Sin embargo, su comparación fue clara y textual, vinculando la homosexualidad con la pedofilia de manera generalizada.

El presidente, al ser cuestionado sobre su mensaje, expresó su tristeza por cómo se había manipulado su discurso. «Me apena que hayan sido usados por las basuras del Partido del Estado mediante un video que fue editado», manifestó en redes sociales. No obstante, este intento de aclaración no logró calmar a sus detractores, y los trolls libertarios comenzaron a difundir el hashtag «MileiTeníaRazón», buscando deslegitimar a los manifestantes y reafirmar la postura del presidente.

Entre los defensores de Milei se encuentra Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, quien se unió a la campaña para justificar las agresiones verbales del presidente. En redes sociales, Bullrich criticó a los manifestantes, afirmando que profanaban la memoria de los próceres argentinos. «Otra marcha de los grupos militantes que desprecian a la Argentina que trabaja y progresa», escribió, utilizando el mismo hashtag que los trolls.

La diputada Lilia Lemoine, figura prominente del pensamiento libertario, también se sumó a la controversia al compartir un meme que vinculaba la pedofilia con los colores de la bandera LGBT, insinuando que el progresismo estaba infiltrando las instituciones a través de la ideología de género. Este tipo de retórica ha generado un fuerte rechazo en amplios sectores de la sociedad, que ven en estas comparaciones un intento de deslegitimar y estigmatizar.

Lo realmente grave en esta situación es la afirmación de que dos «homosexuales» fueron condenados por pedofilia, presentándola como una regla general. Este tipo de generalizaciones no solo son infundadas, sino que también contribuyen a la desinformación y al estigma hacia un grupo específico.

La situación ha puesto de manifiesto la polarización en el discurso político argentino, donde las afirmaciones de Milei y sus seguidores han desatado un debate encendido sobre la retórica utilizada por el gobierno.