La reciente decisión del Ministerio de Salud de Argentina de no renovar contratos en las direcciones de VIH y vacunas ha generado un intenso debate y críticas desde diversos sectores. La viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, salió al paso de estas críticas, defendiendo la reestructuración del sistema sanitario como una medida necesaria para optimizar la administración de recursos y eliminar gastos innecesarios.
Loccisano argumentó que la estructura anterior estaba «sobredimensionada» y que había áreas con duplicación de tareas y falta de funciones. En un mensaje publicado en su cuenta de X, destacó que la reestructuración busca evitar la pérdida de insumos y medicamentos, citando que entre 2021 y 2023 se desechó un total de 30 millones de dólares en vacunas debido a fallas en la planificación. «Nos propusimos reordenar el sistema de salud, administrando de manera eficiente los recursos, que no sobran», afirmó.
Las autoridades del Ministerio aseguraron que, a pesar de los cambios, no habrá impacto en la provisión de tratamientos ni en las campañas de vacunación. Loccisano enfatizó que la nueva gestión está enfocada en mejorar la transparencia en el sistema de salud y evitar compras directas a un único proveedor, lo que ha contribuido a la dilapidación de recursos.
La viceministra también cuestionó los altos costos hospitalarios, señalando que el Hospital Bonaparte le costó al Estado 16.800 millones de pesos en 2024, mientras que en el sector privado el mismo servicio costaría solo 4.300 millones. «¿A dónde va el resto del dinero?», se preguntó, sugiriendo que hay un urgente necesidad de revisar y ajustar los gastos en el sistema de salud.
En conclusión, el Ministerio de Salud sostiene que la reestructuración es un paso necesario para garantizar un sistema de salud más eficiente y sostenible, a pesar de las críticas que la acusan de un «vaciamiento» del sistema. La administración actual se compromete a garantizar un trato digno y efectivo en la atención de la salud pública.