El reciente lanzamiento de la campaña de Karina Milei en Mar del Plata se vio empañado por la inesperada intervención de Alfa, un ex participante de Gran Hermano, lo que desató una serie de reacciones dentro del entorno político libertario. Santiago Caputo, quien está a cargo de la imagen de la hermana del presidente, expresó su frustración de manera contundente: «Yo me esfuerzo para que parezca una estadista y me la arruinan como una fan de Alfa». Esta declaración refleja la preocupación de Caputo sobre cómo la presencia de figuras mediáticas puede afectar la percepción pública de Karina y su potencial como candidata.
El evento, que tenía como objetivo consolidar la imagen de Karina como una política seria y capaz, se transformó en un fiasco debido a la atención que generó Alfa, quien, a pesar de no haber sido invitado, se presentó como un «embajador» de Daniel Scioli. La situación provocó tensiones entre los miembros del partido, quienes vieron en la aparición de Alfa una distracción que perjudicó la campaña y la imagen que intentaban construir para Karina.
Caputo y otros referentes del libertarismo sienten que la irrupción de Alfa no solo desdibujó la seriedad del acto, sino que también comprometió el esfuerzo por posicionar a Karina como una figura política de peso. La frustración es palpable, ya que el objetivo era mostrarla como una estadista, pero la situación terminó por hacerla parecer más como una seguidora de un personaje mediático.
La intervención de Alfa, lejos de ser un apoyo, se convirtió en un obstáculo para la campaña de Karina Milei, y la crítica de Caputo resuena en un contexto donde la imagen y la percepción son cruciales para el éxito electoral. Con un año electoral en el horizonte, el desafío para Karina será no solo distanciarse de estas controversias, sino también reafirmar su posición como una candidata seria en un ambiente político cada vez más complejo.