La Unión Cívica Radical (UCR) ha tomado la decisión de suspender a cuatro de sus diputados que apoyaron el veto del presidente Javier Milei a la ley de movilidad jubilatoria. La medida se produce en un contexto de creciente tensión dentro del partido, que ha visto cómo sus miembros disidentes cambiaron su postura inicial de apoyo a la ley para alinearse con el veto presidencial. Esta acción ha sido calificada como una «grave inconducta partidaria» y refleja la preocupación del partido por mantener la cohesión interna y la credibilidad ante la ciudadanía.
Los diputados Mariano Campero, Martín Arjol, Luis Picat y Pablo Cervi han sido los afectados por esta sanción, mientras que el caso de José Tournier es particular, dado que no tiene afiliación formal en el partido a pesar de ser parte del bloque. La resolución fue adoptada por la mesa directiva de la Convención Nacional de la UCR, liderada por Gastón Manes y Hernán Rossi, en respuesta a un cambio de posición que consideran perjudicial para la imagen del partido.
Además, la UCR está investigando a otros dos legisladores, Roxana Reyes y Gerardo Cipolini, quienes se ausentaron durante la votación. El partido está bajo presión para demostrar unidad y firmeza frente a las decisiones del gobierno de Milei, especialmente en un contexto donde la oposición se siente desafiada y desorganizada.
Esta suspensión ha generado reacciones mixtas entre los miembros del partido. Algunos expresan su apoyo a las medidas disciplinarias, mientras que otros temen que la división interna pueda debilitar la posición de la UCR en el Congreso y en el escenario político más amplio. Con el veto a la ley de movilidad jubilatoria y la reciente presentación del presupuesto, la UCR enfrenta un momento crítico en su historia reciente.