La reciente decisión del gobierno de Javier Milei de no incluir el pago de la coparticipación en el Presupuesto ha generado una fuerte reacción por parte del jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri. En medio de un clima de creciente tensión entre la administración nacional y la capital, Macri ha rechazado los métodos de pago discrecionales aplicados por el Ejecutivo y ha exigido una mayor regularidad en las transferencias, demandando que estas se realicen de manera diaria.
La controversia se centra en la manera en que se están gestionando los fondos destinados a la Ciudad, que según Macri, deberían ser transferidos de forma más consistente y no a través de pagos semanales que podrían afectar la previsibilidad financiera de la administración porteña. Esta falta de claridad en el flujo de fondos ha llevado a Macri a expresar su preocupación sobre la capacidad de la Ciudad para planificar obras y servicios esenciales.
Mientras el gobierno nacional ha comenzado a realizar transferencias semanales que no cumplen con lo establecido por la Corte Suprema, Macri sostiene que esta situación no solo es inaceptable, sino que también refleja una falta de respeto hacia los compromisos asumidos. «Que no haya previsibilidad no nos permite proyectar nada», afirmó el jefe de Gobierno, quien también ha instado a que se pague la deuda que la Nación tiene con la Ciudad.
La reunión entre Macri y Milei, junto con sus respectivos equipos, se perfila como un momento crucial para intentar resolver este conflicto. Sin embargo, el descontento en la Ciudad es palpable y podría escalar si no se logran avances significativos en las negociaciones. Con la presión aumentando y la incertidumbre en torno a la coparticipación, el futuro de la relación entre el gobierno nacional y la Ciudad podría verse comprometido.