Se desató una controversia entre los trolls libertarios y el diario Clarín, todo a raíz de un contrato para la provisión de medialunas y panes firmado por Karina Milei, esposa del presidente Javier Milei. La polémica surgió cuando se reveló que el contrato, que asciende a más de 16 millones de pesos, fue adjudicado a la misma empresa que había estado proveyendo estos productos durante la administración de Alberto Fernández, lo que contradice las promesas de cambio del nuevo gobierno.
La situación se complicó cuando el ex asesor de comunicación del gobierno, Iñaki Gutiérrez, había celebrado anteriormente la cancelación del contrato con el proveedor de medialunas, considerándolo un paso hacia la eliminación de privilegios políticos. Sin embargo, con la nueva adjudicación, muchos han comenzado a cuestionar la coherencia de las decisiones del gobierno y su compromiso con la austeridad prometida.
La discusión se intensificó en redes sociales, donde Feinmann, un conocido periodista, respondió a los ataques de trolls que lo acusaban de ser «kirchnerista». En su respuesta, Feinmann dejó claro que no se dejaría intimidar, llevando la conversación a un tono confrontativo y reafirmando la importancia de la responsabilidad pública en la gestión de los recursos.
Este episodio refleja no solo las tensiones dentro del gobierno de Milei, sino también la forma en que la política argentina se ha vuelto un campo de batalla para la narrativa mediática y las redes sociales. Con los trolls libertarios defendiendo al gobierno y atacando a los medios de comunicación, la lucha por la percepción pública se intensifica, haciendo que cada decisión, por pequeña que sea, tenga repercusiones en el debate político más amplio.