Las reservas del Banco Central de Argentina sufrieron una caída de más de 1.000 millones de dólares al finalizar agosto, lo que ha generado preocupación en torno al cumplimiento de las metas establecidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta situación se produce justo cuando se aproxima la novena revisión del acuerdo entre el gobierno argentino y el organismo internacional. El ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, había prometido acumular 1.200 millones de dólares durante el mes pasado, pero los números reflejan una realidad opuesta, ya que las reservas pasaron de 27.766 millones de dólares a finales de julio a 26.651 millones al cierre de agosto.
El inicio de septiembre no trajo buenas noticias, ya que el Banco Central volvió a perder reservas en su primer día hábil del mes. La falta de recursos y la disminución en la recaudación han generado presiones adicionales sobre el superávit, complicando aún más la situación del gobierno con el FMI. Además, la intervención del gobierno en el mercado del dólar no ha logrado contener la fuga de reservas, un hecho que el FMI había anticipado y que pone en riesgo la continuidad del acuerdo firmado por el gobierno anterior en 2022.
La novena revisión del acuerdo estaba prevista inicialmente para el 10 de agosto, pero se ha retrasado debido a las vacaciones del personal del FMI. En este contexto, el nombramiento del chileno José Luis Daza como mediador se ha apresurado, a pesar de que aún no se ha oficializado su designación. Las conversaciones con el FMI son cruciales, ya que el organismo evaluará el cumplimiento de las metas de reservas, emisión y superávit, elementos esenciales para la sostenibilidad del programa financiero.
Las expectativas del gobierno son optimistas, a pesar de los números alarmantes. Desde el equipo económico se sostiene que las metas acordadas se cumplirán, aunque la evidencia sugiere lo contrario. La presión sobre el gobierno aumenta, ya que la falta de recursos podría obstaculizar el pago de intereses de los bonos y complicar el panorama financiero en los próximos meses. Con la incertidumbre en el aire, las promesas de Caputo se ven puestas a prueba mientras el mercado observa de cerca la evolución de la situación.