La disputa entre Javier Milei y el gobierno porteño de Jorge Macri ha escalado a niveles críticos. En un movimiento sin precedentes, el Ejecutivo nacional anunció la eliminación de los subsidios al transporte público que operan en la Ciudad de Buenos Aires a partir de septiembre.
La drástica medida, enunciada por el Secretario de Transporte Franco Moguetta, busca forzar un aumento en el costo del boleto a niveles acordes al resto del país. Fuentes oficiales adelantaron que, sin los aportes estatales, el valor podría trepar hasta los 1400 pesos en la capital.
«La Ciudad ha venido subsidiando al Gobierno Nacional y sus líneas de transporte, pero no recibe el mismo trato. Eso debe cambiar», argumentaron desde el distrito que conducen los Macri, al rechazar la decisión que pondría fin a un esquema de décadas.
Pero este nuevo capítulo de la puja no es el único frente bélico. También se profundizó la crisis por la distribución de la coparticipación federal, luego de que el ministro de Economía, Toto Caputo, incumpliera un fallo de la Corte Suprema que ordena elevar la porción que le corresponde a la Ciudad al 2,95%.
La oferta de Caputo de compensar con transferencias discrecionales fue desestimada de plano por la administración macrista, que teme quedar a merced de las presiones del ala dura del gobierno nacional integrada por Karina y Santiago Caputo.
En respuesta, Jorge Macri inició acciones judiciales para lograr el embargo de las cuentas nacionales hasta saldar una deuda de 800 mil millones de pesos que denuncia desde la sentencia inicial del máximo tribunal.
Con sus economías en jaque y sin visos de entendimiento, el choque de trenes entre el libertarismo y el establishment porteño no hará más que recrudecer en los días venideros. Dos modelos de país irreconciliables que amenazan con una sacudida sin cuartel en uno de los distritos más pujantes.