Nueva York estrenó recientemente una innovadora instalación artística que permite a sus ciudadanos interactuar en tiempo real con personas ubicadas a más de 3.000 kilómetros de distancia, en Dublín, Irlanda. Se trata de «El Portal», una creación del artista lituano Benediktas Gylys.
Situada en la concurrida Flatiron South Public Plaza, la obra posibilita a los transeúntes neoyorkinos establecer un vínculo visual directo con dublineses a través de una transmisión en vivo las 24 horas. «Es una muestra del poder del arte para trascender barreras físicas», expresó Gylys al presentar su iniciativa.
La instalación busca erigirse como un puente que acerca realidades separadas por el océano Atlántico, permitiendo conocer otras culturas sin las limitaciones geográficas habituales. «Los portales invitan a conectar con gente por encima de fronteras y diferencias», agregó el creador.
Tras su inauguración, sin embargo, surgieron algunos inconvenientes. Usuarios en Dublín proyectaron imágenes perturbadoras, como del atentado del 11-S en Nueva York y consumo de drogas frente a cámara. Estos hechos motivaron el cierre temporal del portal para revisar protocolos.
«Así como el portal une, también separa», señaló un espectador al referirse al uso inapropiado inicial de la nueva tecnología. Las autoridades neoyorkinas condenaron estas actitudes y remarcaron la importancia de aprovechar las innovaciones para tender puentes, no divisiones.
El alcalde dublinés, Daithí de Róiste, por su parte, remarcó cómo este proyecto busca reunir tecnología, ingeniería y arte para acercar comunidades de distintas latitudes en pos de una mayor inclusión social y cultural.
Hasta el próximo otoño boreal se desarrollarán actividades artísticas en ambas ciudades para favorecer el diálogo intercultural a través del revolucionario portal humano. Los organizadores trabajan en definir normas que eviten nuevos abusos y garanticen que esta ventana virtual cumpla su cometido de tender lazos más allá de las fronteras.