El operativo de Patricia Bullrich para impedir los cortes de calles y evitar el colapso del centro de la Ciudad de Buenos Aires fue un fracaso. A pesar de la amenaza de aplicar el protocolo antipiquetes, que prohíbe los cortes de calles y obliga a los manifestantes a transitar por la vereda, las fuerzas federales se vieron desbordadas por la masividad de la marcha en defensa de las universidades públicas. Las principales avenidas, como Corrientes, Avenida de Mayo y Rivadavia, quedaron bloqueadas y se convirtieron en peatonales. Las tropas antidisturbios de la Policía Federal se retiraron discretamente de la Plaza de los Dos Congresos, lo que evidenció el fracaso del operativo de Bullrich.
El gobierno porteño se encargó de controlar el centro de la Ciudad, mientras que Nación se ocupó de la Plaza de Mayo y la Plaza de los Dos Congresos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, no se logró evitar el colapso del centro, ya que la movilización fue realmente masiva. Hubo preocupación en el gobierno porteño por la falta de precisiones sobre el operativo de seguridad por parte de la Ministra de Seguridad. A pesar de los intentos por minimizar la situación, las avenidas bloqueadas se mantuvieron por varias horas, demostrando la magnitud de la protesta.
Diversas organizaciones gremiales y estudiantiles se sumaron a la marcha en defensa de las universidades públicas. La CTA, ATE, Conadu Histórica, la Asociación Gremial Docente, entre otras, se concentraron en Sáenz Peña y Avenida de Mayo. Las avenidas Rivadavia, Yrigoyen y Diagonal Sur también fueron ocupadas por los manifestantes. A pesar del fracaso del operativo de Bullrich, no se registraron incidentes durante la marcha.