El aumento de las dietas en el Senado ha generado un malestar entre los diputados, quienes consideran que no es suficiente para quienes viven en el interior y deben pagar estadías cada semana. A principios de marzo, se aprobó un aumento del 30% para los legisladores en línea con la paritaria de los trabajadores del Congreso, pero debido a la presión del Presidente, la medida fue revertida. Esto dejó los sueldos de los diputados en alrededor de $1.500.000, una cifra considerada insuficiente por los legisladores. Algunos argumentan que los gastos de alojamiento y manutención en la Ciudad de Buenos Aires son altos, sumado a la necesidad de mantener sus casas en sus provincias. Sin embargo, los diputados descartan llevar el tema al recinto para su discusión.
Ser diputado implica limitaciones que les impiden realizar otras actividades para complementar sus ingresos, lo que lleva a los legisladores a defender la necesidad de que sus sueldos se ajusten a la inflación. Desde el peronismo advierten que la política de «castigar» a los legisladores con sueldos bajos puede afectar la calidad de los representantes, ya que solo podrían dedicarse a la política aquellos que puedan costearlo por sus propios medios. Además, señalan que los bajos sueldos y la falta de profesionales en sus equipos de trabajo pueden hacer que los diputados sean más susceptibles a los lobbys.
A pesar del malestar, los diputados descartan llevar el tema al recinto para su discusión. Argumentan que no es el momento adecuado y que el presidente de la Cámara, Martín Menem, debe resolver la situación. Hasta el momento, Menem no se ha pronunciado públicamente sobre el tema. Por otro lado, se descarta la posibilidad de replicar en Diputados la misma estrategia utilizada en el Senado para aprobar el aumento de las dietas. Los diputados consideran que una votación a mano alzada y sin debate no sería apropiada. Además, dentro del bloque libertario también se escuchan críticas, pero ningún miembro se ha animado a expresarlas públicamente.