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Mientras Morales, Manes y Larreta caminan con Posse, el teléfono de Abad no suena

A más de un mes de lanzar su candidatura por la gobernación a través de una entrevista para La Tecla, el teléfono del Presidente de la UCR Bonaerense, Maximiliano Abad, parece no sonar.

Los pre candidatos presidenciales de su partido (Morales y Manes) e incluso Horacio Rodríguez Larreta ya salieron de recorrida con Gustavo Posse, intendente de San Isidro y figura fuerte del radicalismo en la provincia. Hasta ahora, Posse no ha confirmado que será candidato. Al intendente radical no le gusta hablar de candidaturas en medio de un período de gestión. Es intendente ininterrumpidamente desde hace varios años. Ha derrotado a otros precandidatos radicales, al peronismo y al kirchnerismo. Eso es lo que los tres presidenciables tienen muy claro. Posse sería un candidato fuerte en cuanto a votos y en experiencia de gestión. Hasta Diego Santilli, quien ganó cómodamente las PASO a Manes el año pasado y es el dirigente mejor posicionado para la gobernación (producto de esas mismas elecciones), ha caminado junto a Posse distintas ciudades del conurbano bonaerense.

Hay algo en lo que todos (Morales, Manes, Larreta y Santilli) coinciden: Posse es un muy buen candidato radical en la provincia. A los radicales los entusiasma como candidato a gobernador y a Larreta y Santilli les cierra más que bien como un candidato a vice sólido en imágen, experiencia política y claro, con buena tracción de votos.

Abad, habiendo sido el brazo político de María Eugenia Vidal y habiendo puesto al radicalismo al servicio del PRO, no logra apoyo a su candidatura ni siquiera de Horacio Rodríguez Larreta. Con el Gobernador y Presidente de la UCR Nacional, Gerardo Morales, no ha salido de recorrida y con Facundo Manes, candidato creado e impulsado por el propio Abad, tampoco hubo caminata proselitista.

El diputado marplatense lanzó su candidatura a principios de noviembre y ahora, un mes después, la ha ratificado, pero nadie de peso lo ha festejado. Su anuncio pasa completamente desapercibido para todos menos algunos medios que insólitamente creen que el radicalismo ya eligió a Abad como candidato. Les han llegado fotos de pasacalles sobre la Ruta 2. Abad apoya a Abad como candidato radical por la gobernación, pero del espectro político no hay opiniones públicas.

Durante la gestión de Cambiemos, lejos de trabajar para instalarse como figura emergente, Abad priorizó acuerdos con Vidal y el PRO. El radicalismo como partido siempre salió perdiendo en esas negociaciones. Abad no sólo no tiene experiencia de gestión, sino que jamás fue candidato encabezando una lista para cargos ejecutivos. Su fuerte el la rosca política, ubicarse y ubicar a su gente de más estrecha confianza, pero a través de él, la UCR siempre ha estado sólo para ser soporte estructural del PRO.

Morales, Manes y Rodríguez Larreta creen que Abad nunca sería candidato a Gobernador. La única posibilidad es evitando una PASO (porque la perdería estrepitosamente) y acordando su candidatura a vicegobernador, siempre y cuando el candidato a gobernador esté por lo menos unos 10 puntos por encima de Kicillof. Creen que de no tener asegurada la vicegobernación, preferiría terminar renovando su banca de diputado.

En Mar del Plata, su territorio y donde es más fuerte políticamente (su lista ganó con el 65% de los votos la interna radical local), todavía sigue presente en la militancia la decisión de Abad de poner a su esposa como candidata y luego presionar para que fuera presidente del HCD. “Quiere hacer la gran Vacante”, dicen los radicales, molestos por el nepotismo del dirigente marplatense. Por esa razón, aseguran que su mano derecha, el senador provincial Ariel Bordaisco, también seguiría digiriendo con dificultad la fuerte movida de Abad para ingresar a su esposa en la política.

El último logro electoral de Abad fue una victoria de su lista en la interna radical local, donde contando con varios concejales, un importante número de funcionarios políticos radicales en funciones y todas las figuras del radicalismo, se impuso con un flojo 65% de los votos, que suman apenas unos 2500 afiliados (el 10% de los votos necesarios para ingresar un sólo concejal en la ciudad).

Hasta ahora, lo de Abad es todo potencial, ya que nunca ha podido demostrar nada más que capacidad de adaptación para quedar bien posicionado pero fuera del radar de los vecinos y de las responsabilidades de gestión.

Por Joaquín Gayone
Agencia País