Una derrota del peronismo no es algo habitual desde 1989 a la fecha cuando se trata de elecciones presidenciales. Luego del inconcluso período de Fernando De La Rúa, sólo Cambiemos, con Macri como candidato, logró ganarle y completar mandato.
Pero en la actualidad y desde hace ya algunas contiendas, el peronismo no es peronismo, sino peronismo kirchnerista. El peronismo puro ya no existe, como tampoco dan resultado todas las históricas estrategias de campaña que resultaban efectivas el día de la elección.
Con la pandemia como problema del pasado, la economía, fundamentalmente la inflación estancada en un 7% mensual, no dan tregua. Un 90% de inflación anual y un sinnúmero de acciones escandalosas por parte del Presidente y sus ministros dejan al espacio político gobernante casi entregado a una derrota aparentemente imposible de evitar.
Lo insólito es que, a pesar de ésta nueva oportunidad, la oposición parece no poder hacer lo único necesario para ganar en 2023: nada. Si los dirigentes se dedicaran a representar en el Congreso a sus votantes y a denunciar aquello que corresponde, el triunfo estaría a muy poco de concretarse. Pero parece que hacer nada es muy difícil en Juntos. Porque son “Juntos”, pero están demasiado peleados por sus egos.
“Te rompo la cara”. Fué la frase más escandalosa escuchada a un pre candidato a presidente (mujer) en tiempos y discursos democráticos. “No me crucés más por la tele porque la próxima te rompo la cara. Conmigo no se jode, te lo aviso” le dijo Patricia Bullrich a un funcionario de Rodríguez Larreta.
Siguiendo con el fuego amigo, el Gobernador de Jujuy se lanzó como candidato. El presidente del radicalismo eligió a Macri como centro de críticas: «Liderar no es creernos el mejor equipo en 50 años para después fracasar».
Facundo Manes, quien estuvo a punto de sumarse al equipo de Alberto Fernández en 2019 y ahora se lanza desde Juntos, también apuntó a Macri. Afirmó que tanto Cristina Kirchner como Macri «representan a dos minorías» y «no dejan pensar otro país». También acusó a la gestión de Cambiemos como “populismo institucional”. “Macri es el que tiene que reflexionar”, dijo. “Hubo operadores que manejaban la Justicia, que influían en la Justicia”, dijo. Y agregó: “También hubo datos de evidencia que se espió a gente, incluso de su Gobierno”.
El histórico dirigente radical Federico Storani respaldó a Manes y cargó sobre el ex presidente: “Durante su gestión no existió un gobierno de coalición». “Si esto no cambia, no tiene sentido la coexistencia”.
Carrió: “si no nos garantizan una lista honesta, iremos con mi candidatura, aunque no saque votos”.
El que parece caminar contra la corriente comparado al resto es Guillermo Montenegro, el intendente de General Pueyrredón. Desde Mar del Plata, mientras se daba el escándalo entre Bullrich y Larreta, Montenegro tramitaba en la justicia acciones para terminar con la usurpación de tierras en su distrito (objetivo que logró). “No habla de las elecciones. Hace lo que puede con Cristina y Kicillof frenando los recursos que no llegan a la ciudad y encima se bajó el sueldo un 30%” afirman los vecinos.
Ningún vecino espera magia una ciudad con un intendente del PRO y con Presidente y Gobernador kirchneristas. Además, el intendente dispone de bajos recursos reales luego de pagar los sueldos de la voluminosa planta permanente heredada de gestiones anteriores.
A la administración de esos pocos recursos, Montenegro agrega gestos importantes desde lo simbólico, como reducir su sueldo y el de sus funcionarios además de contener a todos los espacios de la coalición dentro de su gobierno. Ese equipo de gobierno con todos los sectores representados fue resaltado hace pocas semanas por el radical Ernesto Sanz como ejemplo a seguir por Juntos en todo el país.
Juntos no tiene plan de gobierno. Ni una simple lista de 10 puntos básicos que definan un rumbo de gestión independientemente de quienes encabecen las fórmulas. Pero le sobran pre candidatos:
Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Fernán Quirós, Néstor Grindetti, Jorge Macri, Martín Tetaz, Miguel Pichetto, Mauricio Macri, Elisa Carrió, Gerardo Morales, Gustavo Posse, Facundo Manes, Soledad Acuña, etc. Todos éstos nombres participan de alguna manera en cruces y discusiones permanentes entre sectores internos de cada partido y entre distintos espacios que forman la coalición.
Alguien no está entendiendo las necesidades y prioridades de los ciudadanos. Cuesta creer que haya tantos dirigentes alejados del pueblo. ¿Será que el errado es Montenegro?.
Juntos, sin autocrítica y con tantas estrellas estaría muy cerca de perder la oportunidad de volver a arrebatarle el poder el peronismo kirchnerista. Pero los requisitos son complejos de lograr: ponerse de acuerdo en los pilares de su hipotético nuevo período y lo más difícil: no autodestruirse.
Por Joaquín Gayone
Agencia País