En un duro revés para las aspiraciones del equipo económico, el Fondo Monetario Internacional salió a poner paños fríos sobre la posibilidad de nuevos desembolsos para la Argentina. La portavoz Julie Kozack dejó en claro que «no hay un cronograma específico» para negociar fondos frescos, desactivando las ilusiones sembradas por el ministro Caputo.

Pero el mensaje del organismo no se detuvo ahí. Kozack también respaldó la continuidad de Rodrigo Valdés, el director que supervisa el caso argentino y a quien el presidente Milei había cuestionado abiertamente por su supuesta «mirada izquierdista». «Es importante señalar que la directora gerente tiene plena confianza en Rodrigo Valdés y en el equipo de altos directivos», enfatizó.

Esta ratificación de Valdés, exministro de Bachelet en Chile, representa un nuevo encontronazo con Caputo, quien había pretendido su desplazamiento del caso argentino, según revelaciones de LPO. La larga amistad del chileno con Federico Sturzenegger, otra voz clave en el gabinete económico, parece haber inclinado la balanza a su favor.

«Nuestra interacción con las autoridades argentinas sigue siendo activa y constructiva», acotó Kozack, aunque sus palabras contrastan con la creciente tensión entre las partes. Mientras Caputo insistía con la posibilidad de fondos adicionales, el FMI reiteró su postura de no avanzar en nuevos desembolsos hasta tanto no se concrete un nuevo acuerdo una vez que expire el actual programa en 2025.

En este tironeo de declaraciones cruzadas, el Gobierno apuesta a que un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses de 2024 podría favorecer un acercamiento con el FMI. Pero por ahora, el camino hacia un nuevo programa y financiamiento fresco luce empinado para la gestión de Milei-Caputo.