En un duro discurso, el presidente ruso Vladimir Putin expuso este viernes sus exigencias para iniciar negociaciones y decretar un alto al fuego con Ucrania, imponiendo condiciones de rendición al gobierno de Kiev.
Putin dejó en claro que Rusia solo aceptará entablar diálogos si Ucrania retira de forma «efectiva» todas sus tropas de los territorios de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, regiones que Moscú reclama como propias tras la anexión ilegal de 2022. Adicionalmente, exigió que Kiev renuncie definitivamente a sus planes de ingresar a la OTAN.
«Tan pronto como Kiev comience la retirada efectiva de las tropas de estas regiones, y tan pronto notifique que abandona sus planes de ingresar a la OTAN, daremos inmediatamente la orden de alto al fuego e iniciaremos las negociaciones», enfatizó el mandatario ruso ante altos funcionarios.
Estas duras demandas constituyen prácticamente una exigencia de rendición hacia Ucrania, nación que ha defendido enérgicamente su integridad territorial y soberanía ante la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.
El Kremlin insistió además en que Ucrania debe entregar a Rusia todos los territorios anexionados ilegalmente, incluyendo Crimea, a pesar de que Moscú solo los controla parcialmente tras más de un año de sangriento conflicto.
Putin también se refirió con desdén a la cumbre de paz por Ucrania que se celebra en Suiza, a la cual Rusia no fue invitada. Tildó el evento de «estratagema» de Occidente para «desviar la atención» y responsabilizó a Kiev y los países occidentales por la guerra.
«Sin la participación de Rusia y sin un diálogo honesto y responsable con nosotros, es imposible lograr una solución pacífica en Ucrania y para la seguridad de Europa en general», advirtió.
Las declaraciones del Kremlin endurecen aún más su postura de fuerza y auguran un prolongado estancamiento del conflicto, mientras Ucrania y sus aliados occidentales rechazan rotundamente las condiciones impuestas por Moscú.