Javier Milei, presidente de Argentina, ha causado revuelo tras recibir el premio «Titán de la Reforma Económica» en la Gala Hispana en Washington, donde defendió su enfoque económico con la contundente afirmación: “No consensuamos con el enemigo”. Esta declaración ha resonado en un contexto donde, a pesar de su retórica, la oposición ha adoptado una postura mayoritariamente facilitadora, permitiendo que muchas de sus políticas se implementen sin grandes bloqueos.
Durante la ceremonia, Milei fue recibido con una ovación por parte de los asistentes, que superaban las mil personas. En su discurso, el mandatario destacó la importancia de su ideología, alineada con la Escuela Austriaca de Economía, y criticó abiertamente el socialismo, al que describió como “una enfermedad del alma”. Afirmó que su compromiso con la libertad es inquebrantable, subrayando que su gobierno ha cambiado el rumbo de Argentina desde su llegada al poder.
Milei también hizo hincapié en la necesidad de reducir el tamaño del Estado, señalando que “el único Estado aceptable es el más chico posible”. A pesar de su discurso firme, es importante notar que su administración ha logrado avanzar en varias reformas gracias a una oposición que, en gran medida, ha optado por no bloquear sus iniciativas.
El presidente no solo se centró en su retórica, sino que también enumeró logros de su primer año, como la reducción de la inflación y la pobreza. Sin embargo, su insistencia en no negociar con aquellos a quienes considera “el enemigo” plantea preguntas sobre cómo se desarrollará su gobierno en el futuro, especialmente si la oposición decide cambiar su enfoque.