Argentina se enfrenta a un panorama económico preocupante, ya que las proyecciones indican que el país tendrá el menor crecimiento de toda la región en 2024. Según estimaciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y BBVA, se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) argentino se contraiga un 3,2% durante este año. Esta caída se alinea con los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), que también reportó una disminución del 3,2% en el primer semestre.
El informe destaca que solo Haití, con una reducción del 2,3% en su PIB, se encuentra en una situación similar a la de Argentina. En contraste, la mayoría de los países de América Latina están proyectando un crecimiento, con un promedio regional del 1,9% para 2024. Entre los países vecinos, Paraguay y Uruguay destacan con crecimientos previstos del 3,8% y 3,5%, respectivamente, mientras que Brasil, Perú y Chile también presentan estimaciones positivas.
El primer semestre de 2024 ha sido complejo para la economía argentina, caracterizado por caídas significativas en varios sectores. A pesar de las expectativas pesimistas, algunos analistas consultados por el Banco Central anticipan una caída del PIB del 3,7%, lo que, aunque es un pronóstico más negativo que el de otros organismos, es menos severo que la proyección del BBVA, que contempla una contracción del 4%.
La situación económica se ve agravada por la falta de una recuperación visible en el horizonte inmediato, lo que plantea serios desafíos para la administración actual. Los datos oficiales del Indec ya reflejan un retroceso del 5,1% interanual en el primer trimestre del año, y la tendencia negativa parece continuar, lo que pone de manifiesto la urgencia de implementar políticas efectivas que reviertan esta situación.