En un giro inesperado de los acontecimientos, Brasil decidió asumir la representación diplomática y consular de Argentina en Venezuela, luego de que el régimen de Nicolás Maduro expulsara al cuerpo diplomático argentino por el desconocimiento de los resultados electorales.
La medida, acordada entre las cancillerías de ambos países, busca garantizar la protección de los seis opositores venezolanos asilados en la embajada argentina en Caracas, quienes se encontraban en una situación de extrema vulnerabilidad tras el retiro del personal diplomático.
«Agradezco enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada argentina en Venezuela», expresó el presidente Javier Milei, en un giro de 180 grados respecto a sus críticas previas al mandatario brasileño, Lula da Silva.
Si bien la decisión de Brasilia allana el camino para una posible negociación que permita la salida segura de los asilados, las fuentes diplomáticas señalan que explorar una intermediación a través de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, enfrenta serias dificultades.
«No hay chances de que Meloni se involucre en este conflicto», afirmaron desde la Cancillería argentina, dejando entrever la complejidad de hallar una salida definitiva a la crisis humanitaria que se vive al interior de la sede diplomática.
Pese a los intentos del asesor especial de Lula, Celso Amorim, por abrir un diálogo con Maduro, la situación de los opositores Rafael Urruchurtu, Magalli Meda, Humberto Villalobos, Claudia Macero, Omar González y Fernando Martínez Mottola continúa siendo crítica, sin suministro eléctrico y asediados por fuerzas de seguridad chavistas.
No obstante, el gesto de solidaridad de Brasil representa un indicio de que, a pesar de las tensiones políticas, la vía diplomática podría encauzar una solución negociada que garantice la integridad de los asilados venezolanos que se refugiaron en la embajada argentina.