Santiago Caputo, asesor del presidente Javier Milei, ha instruido a los senadores oficialistas para que no se lleve a cabo la sesión programada para este jueves, debido a temores sobre posibles maniobras de la vicepresidenta Victoria Villarruel. La decisión se produce en un contexto donde se había considerado la posibilidad de discutir temas no conflictivos, en un intento por cerrar el período ordinario de manera pacífica. Sin embargo, la presión desde el gobierno ha llevado a Caputo a solicitar que se evite cualquier sesión, sugiriendo que Villarruel podría aprovechar la ocasión para presentar iniciativas que no son del agrado de la Casa Rosada.

Aunque algunos senadores oficialistas y aliados habían estado analizando la posibilidad de avanzar con proyectos consensuados, la orden de Caputo ha sembrado la incertidumbre. La idea inicial era dejar los temas más complejos, como el pliego de Ariel Lijo y el Presupuesto, para las sesiones extraordinarias, pero la falta de un interlocutor claro en el oficialismo ha complicado la situación. Caputo ha dejado claro que la prioridad es evitar cualquier conflicto que pueda surgir de una sesión en la que Villarruel tenga la oportunidad de actuar.

La relación entre el gobierno y Villarruel se ha vuelto tensa, especialmente después de que el presidente Milei lanzara críticas hacia ella. A pesar de que en el entorno de Milei se reconoce que Villarruel está aislada y sin poder real, su popularidad en las encuestas genera preocupación. La vicepresidenta cuenta con un considerable número de seguidores, lo que ha llevado al gobierno a adoptar una postura defensiva y a tratar de calmar las tensiones.

La decisión sobre la sesión se tomará el mismo día en que Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, presente su informe en el Senado. Mientras tanto, algunos senadores, como el peronista José Mayans, están ansiosos por avanzar con las discusiones sobre el Presupuesto y otros temas relevantes, pero el gobierno ha decidido que esos asuntos se pospongan. La situación refleja un clima de incertidumbre y estrategia política en un momento crítico para el oficialismo.

En resumen, la orden de Caputo de no sesionar en el Senado pone de manifiesto el delicado equilibrio de poder dentro del gobierno y la necesidad de manejar con cuidado las relaciones con Villarruel, quien, a pesar de su aparente debilidad, sigue siendo una figura influyente en el panorama político argentino.