El reciente ascenso del partido Alternativa para Alemania (AfD) en las elecciones de los estados federados de Turingia y Sajonia ha suscitado preocupaciones en el ámbito europeo. Este crecimiento podría no solo consolidarse en las futuras elecciones regionales, sino también traducirse en un éxito a nivel nacional en los comicios programados para 2025.
La situación en Alemania refleja una tendencia que no es exclusiva del país. En Italia, el partido de extrema derecha Hermanos de Italia ha superado al partido Liga en popularidad, y este último ha participado en gobiernos de coalición sin ser apartado, lo que evidencia una creciente normalización de la ultraderecha en el panorama político. En Austria, el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ) ha estado presente en el gobierno en varias ocasiones y actualmente lidera las encuestas para las próximas elecciones parlamentarias, mostrando un respaldo similar al de sus homólogos en Italia y Alemania.
Un factor que ha influido notablemente en el crecimiento de estos partidos es la percepción de la inmigración, especialmente el ingreso ilegal de migrantes a diversos países europeos. Este fenómeno ha generado inquietud entre los ciudadanos europeos, en su mayoría cristianos y judíos, que temen que el aumento de la población musulmana y las diferencias culturales puedan amenazar su identidad y valores tradicionales. La llegada masiva de inmigrantes ha alimentado discursos nacionalistas y xenófobos, en los que partidos como el AfD han encontrado terreno fértil para promover sus postulados.
Francia presenta un panorama diferente, ya que el presidente Emmanuel Macron ha establecido un «cordón sanitario» en torno a la ultraderecha, evitando coaliciones con la Agrupación Nacional. A pesar de que este partido obtuvo resultados por debajo de lo esperado en las recientes elecciones, sigue ganando peso en la política local. En España, la ultraderecha de Vox ha ido en ascenso y ha alcanzado el tercer lugar a nivel nacional, mientras que en Hungría, el partido Fidesz ha dominado la política durante años, radicalizando el discurso en la región. Ante este contexto, Wolfgang Thierse, expresidente del Bundestag alemán, advierte que el avance de los partidos extremistas es un cambio tectónico que afecta a toda Europa, lo que indica que la situación es más compleja de lo que podría parecer en un primer vistazo.