Después de casi 14 años de una extenuante batalla legal, Julian Assange finalmente regresó a su Australia natal como un hombre libre. El polémico fundador de WikiLeaks aterrizó la tarde de este miércoles en el aeropuerto de Canberra, procedente de las Islas Marianas del Norte, donde formalizó su liberación ante la justicia estadounidense.

En un vuelo chárter privado, Assange fue recibido por su esposa Stella y sus dos hijos, luego de pisar por primera vez suelo australiano desde que en 2010 comenzara su impetuosa cruzada por la transparencia informativa. A pesar de las expectativas, el activista declinó ofrecer declaraciones y optó por un perfil bajo.

«Julian necesita tiempo y recuperación para acostumbrarse a la libertad», explicó Stella ante la prensa congregada en el aeropuerto. Enfatizó que su marido requiere «espacio y privacidad» antes de decidir si retoma la palabra públicamente tras esta traumática experiencia.

La llegada de Assange a Canberra pone fin a un prolongado periplo judicial que incluyó siete años de arresto domiciliario en la embajada ecuatoriana en Londres y cuatro años en una prisión británica de máxima seguridad. Todo por haber publicado en 2010 miles de documentos confidenciales que expusieron acciones militares de EE.UU. en Irak y Afganistán.

El martes, una jueza federal en las Islas Marianas del Norte dictaminó al australiano como «un hombre libre», luego que se declarara culpable de un cargo relacionado con la violación de la Ley de Espionaje. Este pacto con las autoridades puso punto final a su larga extradición requerida por Washington.