En las principales urbes de Bolivia, una ola de manifestaciones y reclamos sacude al gobierno del presidente Luis Arce. Los motivos: la grave carencia de dólares estadounidenses que asola al país desde inicios de 2023 y las medidas implementadas para contrarrestar el contrabando.

Las movilizaciones de gremios y asociaciones de comerciantes tomaron las calles de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba este viernes. Con pancartas que exhibían mensajes como «¿Dónde están los dólares?», «Queremos dólar circulando en Bolivia» y «No hay dólar», los manifestantes dejaron en evidencia la crisis cambiaria que atraviesa la nación.

El sector comercial, dedicado principalmente a la venta de productos importados en mercados callejeros, reclama al Ejecutivo la disponibilidad de divisas estadounidenses. «El Gobierno tiene que poner sus buenos oficios para tener dólares, tranquilizar a nuestra gente y hacer parar estas leyes», expresó Mercedes Quisberth, una dirigente gremial, a los medios en La Paz.

Sin embargo, las autoridades exhiben una postura desafiante. El ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, defendió que el Gobierno está «trabajando intensamente» para afrontar el problema económico. Por su parte, el viceministro Gustavo Torrico calificó las protestas como un «sabotaje» y acusó a los comerciantes de ser el sector «más informal del país» que «conspira» contra el Ejecutivo.

Ante la escasez de dólares oficiales, los grupos comerciantes han tenido que recurrir al mercado paralelo, donde aseguran que la divisa se cotiza por encima de los 8,50 bolivianos, mientras que el tipo de cambio oficial ronda los 6,96 para la venta y 6,86 para la compra.

La crisis cambiaria coincide con informes que revelan una drástica disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia. Según el último reporte del Banco Central, al 30 de abril las RIN alcanzaban los 1.796 millones de dólares, una cifra alarmantemente inferior a los 15.122 millones registrados en 2014.

Otros sectores, como los transportistas de carga internacional, anunciaron su intención de bloquear carreteras estratégicas a partir de la cuarta semana de mayo si persiste el desabastecimiento de dólares. Mientras tanto, el Gobierno de Arce se enfrenta al desafío de restablecer la estabilidad cambiaria y atender las demandas de los grupos movilizados.