La situación de derechos humanos en Venezuela ha generado alarmas a nivel internacional, especialmente tras las recientes elecciones presidenciales. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha expresado su preocupación por el creciente número de “detenciones arbitrarias” y el “uso desproporcionado” de la fuerza por parte de las autoridades. En un comunicado, Türk subrayó que este clima de miedo ha sido acentuado desde la reelección del presidente Nicolás Maduro, quien fue proclamado con un 52% de los votos, aunque estas elecciones han sido cuestionadas por la oposición, que denuncia un “fraude masivo”.
Las protestas que estallaron tras las elecciones han resultado en un saldo trágico, con al menos 25 muertos y 192 heridos. Türk ha instado a investigar todas las muertes relacionadas con las manifestaciones y a que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos. Según datos proporcionados por la ONU, más de 2,400 personas han sido detenidas desde el 29 de julio, y en muchos casos, a los detenidos no se les ha permitido designar un abogado o comunicarse con sus familiares, lo que podría constituir desapariciones forzadas.
El Alto Comisionado también ha criticado el uso del derecho penal para restringir los derechos de libertad de expresión y de reunión pacífica. «El derecho penal nunca debe utilizarse para limitar indebidamente los derechos», afirmó Türk, quien demandó la liberación inmediata de todas las personas detenidas arbitrariamente y garantizó juicios justos. Además, se mostró preocupado por la posibilidad de que el gobierno avance en la aprobación de leyes que podrían restringir aún más el espacio cívico y democrático en el país.
Por último, Türk subrayó que la violencia no es una solución, haciendo referencia a los actos de violencia que han tenido lugar tanto por parte de los manifestantes como de las fuerzas de seguridad. La situación en Venezuela continúa siendo crítica, y la comunidad internacional observa con atención los desarrollos en el país, mientras los llamados a la defensa de los derechos humanos se hacen cada vez más urgentes.