En un movimiento sin precedentes, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió órdenes de arresto contra líderes clave de Israel y el grupo palestino Hamas por presuntos crímenes de guerra y lesa humanidad. Esta acción desató una tormenta diplomática en una región ya convulsionada.
El fiscal de la CPI, Karim Khan, solicitó las órdenes tras una investigación independiente. En la lista figuran el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa Yoav Gallant, y los máximos jerarcas de Hamas: Yahya Sinwar, Mohammed Deif e Ismail Haniyeh.
Khan responsabiliza a los líderes de Hamas por «el asesinato de cientos de civiles israelíes» y toma de rehenes durante los recientes enfrentamientos en Gaza. Mientras que a Netanyahu y Gallant los acusa de crímenes como «el uso del hambre como método de guerra» contra civiles palestinos.
«Las pruebas muestran que Israel ha privado intencionalmente a la población civil en Gaza de objetos indispensables para la supervivencia», argumentó el fiscal ante los jueces que evaluarán las solicitudes de arresto.
Pese a no ser miembro de la CPI, Israel descalificó las órdenes como un «crimen de odio antisemita». Mientras, legisladores estadounidenses amenazan con represalias contra el tribunal con sede en La Haya.
La tensión se eleva a niveles críticos en una región que ya lleva décadas sumida en un interminable conflicto entre Israel y grupos palestinos como Hamas, con frecuentes estallidos de violencia.