Estados Unidos reconoció la victoria de Edmundo González Urrutia en las elecciones presidenciales de Venezuela, desafiando así al régimen de Nicolás Maduro. A través de un comunicado, el secretario de Estado Antony Blinken aseveró que la «abrumadora evidencia» demuestra que el líder opositor obtuvo la mayor cantidad de votos el pasado 28 de julio. Esta postura coincide con lo expresado previamente por organizaciones independientes y la propia oposición venezolana.

Blinken hizo un llamado a «una transición respetuosa y pacífica» acorde con la legislación electoral y la voluntad ciudadana. Subrayó que al menos 12 millones de venezolanos acudieron a las urnas para ejercer su derecho al voto, pero el proceso estuvo plagado de irregularidades que «restaron toda credibilidad» al resultado difundido por el Consejo Nacional Electoral oficialista.

Por el contrario, la información divulgada por la oposición a partir de las actas de votación revela que González Urrutia se impuso por un «margen insuperable» al mandatario saliente. Ante esta realidad, Washington rechaza las amenazas de Maduro contra líderes opositores como el propio González y María Corina Machado, exigiendo el respeto a sus derechos democráticos.

La comunidad internacional se encuentra dividida, aunque predomina el reclamo de transparencia. Mientras aliados como Colombia, Brasil y México presionan por la difusión de datos detallados, potencias como Argentina y Chile ya reconocieron al virtual ganador. La crisis política podría recrudecer el éxodo de millones de venezolanos que huyen de la crisis humanitaria.