En el último trimestre, el PIB de Italia creció un 0,6%, mientras que el de Alemania se contrajo un 0,3%. Desde 2019, Italia ha experimentado un crecimiento del 3,8%, el doble que la economía francesa y cinco veces más que la alemana. Según los expertos, las perspectivas de crecimiento para Alemania son sombrías, con proyecciones de solo un 0,1% este año y un 0,3% en 2024, según la OCDE. En contraste, se espera que Italia crezca un 0,7% en 2024.
Aunque la primera ministra ultraderechista de Italia, Giorgia Meloni, ha promovido una política económica «made in Italy», los expertos atribuyen el crecimiento económico principalmente a la laxa política fiscal italiana y al aumento de la deuda. Antes de la pandemia, la nueva deuda en Italia era del 1,5% del PIB, pero en el primer semestre de 2023 aumentó al 8,3%. Aunque Meloni ha intentado atribuirse el mérito del repunte económico, los economistas señalan que el fuerte crecimiento se debe principalmente a la deuda.
Uno de los factores que ha impulsado el crecimiento económico en Italia es el programa de mejora de viviendas impulsado por el Estado italiano desde finales de 2020. El programa incluye el «Superbonus 110», que ofrece incentivos fiscales para renovaciones energéticamente eficientes. Según los expertos, este programa ha sido responsable de aproximadamente dos tercios del crecimiento económico en Italia. Sin embargo, algunos críticos señalan que los altos costos asociados con este programa afectarán significativamente los ingresos del Estado en los próximos años.
Aunque el crecimiento económico de Italia es positivo, los expertos advierten que el país debe reducir su alto déficit presupuestario y realizar reformas estructurales para mantener el crecimiento a largo plazo. A pesar de esto, Italia se está convirtiendo en el motor económico de Europa, superando a Alemania en términos de crecimiento.