La estatal energética Enarsa adquirió de manera directa, sin licitación previa, un cargamento de 44 millones de metros cúbicos de gas natural licuado (GNL) a la petrolera brasileña Petrobras. Un procedimiento inusual que disparó las alarmas.

Según trascendió, Enarsa desembolsó nada menos que 13 millones de dólares por millón de BTU para hacerse de este volumen de GNL. Una cifra que triplica con creces los 4 millones de dólares que se paga actualmente por el gas convencional de Vaca Muerta en el mercado interno.

La escandalosa compra sin concurso público se habría concretado en un contexto de urgencia por el faltante de gas ante las bajas temperaturas. Sin embargo, no es la primera vez que sobrevuelan las sospechas en torno a ciertas operaciones de la empresa estatal.

«Se desconoce la razón por la cual se optó por esta vía excepcional en lugar de convocar a distintos proveedores mediante una licitación abierta y transparente, tal como indica la normativa vigente», cuestionó una fuente del sector energético que pidió reserva.

El affaire adquiere ribetes aún más polémicos al conocerse que el vicepresidente de Enarsa, Rigoberto Mejía Avena, es un ex directivo de la propia Petrobras.

Más allá de esta sospechosa operación puntual, en la cúpula de Enarsa reconocieron que las proyecciones de demanda para el actual periodo invernal fueron subestimadas, algo que los obligó a recurrir a medidas de urgencia como esta polémica contratación directa.

Desde la oposición ya se anunciaron pedidos de informes y eventuales presentaciones judiciales para desentrañar los pormenores de un caso que amenaza con convertirse en un nuevo escándalo de corrupción para el gobierno nacional.