El régimen ruso habría iniciado un siniestro plan para borrar las raíces de miles de menores ucranianos arrebatados de sus hogares. Según denuncias, unos 20 mil niños han sido secuestrados y sometidos a un brutal adoctrinamiento para sembrar el odio contra su propia patria.

El Gobierno ucraniano detalla el calvario que enfrentan estos niños. Los huérfanos son recluidos en campamentos insalubres, obligados a robar comida para sobrevivir y aislados de su identidad al recibir solo propaganda rusa. «Dos niñas nos recordaron que una robaba y otra vigilaba para luego esconderse a comer», relata Myroslava Kharchenko, abogada de Save Ukraine.

Por su parte, los menores que aún cuentan con familiares son forzados a asistir a «escuelas de reeducación» donde se les inculca el rechazo a Ucrania. «Les enseñan cosas como qué son los ukronazis, cómo luchar contra los nazis ucranianos y que la OTAN es una amenaza», denuncia Kharchenko. Cualquier disidencia es duramente penalizada con torturas y palizas.

«Su motivación es mejorar su banco genético y sumar soldados a sus tropas», afirma la abogada. De hecho, ya hay ucranianos de 20 años adoctrinados que combaten contra su propio país tras este cruento «lavado de cerebro». Una guerra que trasciende lo militar para arrebatar el futuro a una nación entera.