Aunque permaneció desafiante, Sanders admitió su gran desventaja frente a Biden en el número de delegados necesarios para obtener la candidatura antes de la Convención Nacional Demócrata de julio.

Joe Biden dio hoy un gran paso hacia la candidatura presidencial demócrata con amplios triunfos en Michigan y otros tres estados sobre Bernie Sanders, quien desestimó especulaciones de un inminente abandono pese a creciente presión para retirarse de la interna en aras de unificar y fortalecer al partido de cara a los comicios de noviembre.

En un apasionado discurso, Sanders también admitió que su prioridad es derrotar al «peligroso» presidente Donald Trump en noviembre y que «millones» de votantes demócratas e independientes, cruciales para ganar cualquier presidencial, ven a Biden como mejor posicionado que él para desbancar al mandatario republicano.

En conferencia de prensa en su estado de Vermont, el veterano senador socialista dijo que seguirá en carrera por lo menos hasta el debate del domingo con Biden en Arizona, el primero cara a cara entre los dos favoritos a obtener la candidatura, pero no dio ningún indicio de cómo continuará su vapuleada campaña de allí en adelante.

El «minimartes» de internas de ayer en Michigan y otros cinco estados era la primera vez que los votantes demócratas se pronunciaban en las urnas desde que el triunfo de Biden en el supermartes de la semana pasada privó a Sanders de su chapa de favorito y convirtió la interna en una carrera de sólo dos competidores.

Además de ganar en Michigan -uno de los estados que catapultó a Trump a la Casa Blanca en 2016- en Mississippi, Missouri e Idaho, el centrista Biden volvió a mostrar una gran fortaleza entre los votantes afroamericanos y de clase trabajadora, vitales para conseguir la candidatura demócrata.

Sanders se impuso en el caucus de Dakota del Norte y confiaba en un triunfo en la primaria de Washington, donde lideraba el escrutinio por escasos votos.

Pero las victorias de Biden en los cuatro primeros estados confirman la robustez de una campaña que hace apenas dos semanas parecía al borde del precipicio e invierten toda la ecuación, ya que ahora es Sanders quien debe explicar cómo seguirá adelante contra todos los pronósticos y con las presiones del partido creciendo de manera exponencial.

Ante seguidores en Filadelfia, Biden destacó anoche que muchos habían «declarado que esta candidatura estaba muerta» pocos días atrás.

Pero «ahora estamos más que vivos», agregó, al tiempo que pidió a los seguidores de Sanders que ahora lo apoyen a él.