El gobernador de Neuquén y presidente del Movimiento Popular Neuquino (MPN) logró la reelección y así consolidó la hegemonía del partido, que gobierna de forma ininterrumpida desde hace casi 60 años esa provincia patagónica.

Gutiérrez, nacido en la ciudad de Neuquén hace 51 años, cursó la carrera de Contador Público en la Universidad Nacional del Comahue, profesión que le permitió acceder desde su juventud a diferentes cargos en el gobierno provincial.

En el año 2005 fue nombrado presidente del Banco Provincia de Neuquén, donde permaneció hasta 2011, cuando se convirtió en el ministro de Economía de la segunda gestión del ex gobernador Jorge Sapag.

Su cargo al frente de la cartera de Economía le valió ser ungido por Sapag como su delfín político para competir por la sucesión en las elecciones de 2015, cuando obtuvo el triunfo con el 40,5% de los votos, a más de 10 puntos porcentuales del segundo.

Desde entonces, supo forjar una buena relación con el gobierno nacional de Cambiemos, encabezado por el presidente Mauricio Macri, con quien se reunió en repetidas ocasiones, incluidas las visitas al country Cumelén, de Villa La Angostura, donde el jefe del Estado pasó sus vacaciones cada verano de los últimos cuatro años.

A pesar del distinto signo político, Gutiérrez acompañó las iniciativas del gobierno nacional para posicionar al yacimiento de gas y petróleo no convencional de Vaca Muerta como un atractivo para los inversores extranjeros, y respaldó el acuerdo con el sindicato petrolero para modernizar el marco laboral que Cambiemos usó como ejemplo para replicar en otras actividades.

De esta forma, continuó con el estrecho vinculo que históricamente tuvo el MPN con este sindicato, que cuenta con 25 mil afiliados y que es liderado desde 1983 por el senador nacional Guillermo Pereyra, referente partidario desde hace varias décadas.

El caso del MPN en Neuquén representa un hecho inédito para la historia política de la Argentina, ya que nunca un partido, ni siquiera el peronismo, logró revalidar en elecciones democráticas el control de una provincia durante casi 60 años.