El anuncio de una inversión de 25 mil millones de dólares de OpenAI en Argentina, hecho por el CEO Sam Altman, fue calificado como «ridículo» y considerado por la propia inteligencia artificial de OpenAI (ChatGPT) como una maniobra más política que un proyecto real. Según un análisis técnico y estratégico realizado por la IA, esta cifra es exagerada para un centro de datos, ya que las inversiones en los centros más grandes del mundo suelen oscilar entre 1.000 y 5.000 millones de dólares por campus.
La IA evaluó que el supuesto proyecto, anunciado para desarrollarse en la Patagonia, carece de viabilidad técnica debido a la falta de conectividad internacional directa en la región y a la ausencia de garantías políticas, jurídicas y logísticas, además de la inestabilidad cambiaria. Por ello, concluyó que la iniciativa no es un emprendimiento privado genuino, sino más bien una declaración de lealtad política.
“25.000 millones de dólares es un número ridículo para un datacenter”, afirmó la inteligencia artificial. Para ponerlo en perspectiva, señaló que “los centros de datos más grandes del mundo (como los de Microsoft en EE.UU. o Arabia Saudita) tienen inversiones de entre 1.000 y 5.000 millones por campus completo”. Agregó que “en general, una inversión de USD 25.000 millones se destina a infraestructura nuclear, ferroviaria o energética de escala continental”.
Este anuncio, según la IA, funciona como propaganda internacional para el gobierno de Javier Milei, alineado explícitamente con Donald Trump y su discurso anti-China y anti-Rusia. La operación busca posicionar a Argentina dentro de la estrategia geopolítica estadounidense para contener la influencia de China en Sudamérica. Además, desincentiva alianzas profundas con China, como los proyectos nucleares o el uso de tecnología Huawei en telecomunicaciones.
La IA advierte que, si el proyecto se concretara, podría implicar la entrega de partes clave del país a intereses externos que no necesariamente buscan el bienestar local, sino el control regional. En síntesis, el análisis técnico desestima la inversión anunciada como una jugada política para fortalecer la imagen de Milei en un contexto electoral y geopolítico complejo.
