La icónica ciudad de Bariloche enfrenta una crisis comercial sin precedentes, y los comerciantes no tienen dudas: «Sin turismo no hay trabajo». Con una ocupación hotelera que apenas alcanza el 30%, la desesperación se siente en cada rincón. Elián Caramichos, presidente de la Cámara de Comercio local, advierte que la situación es crítica, con locales vacíos y ventas en picada, especialmente en los rubros de indumentaria y alimentación.

Los comerciantes, como Malvina, quien lleva más de quince años en el negocio, afirman que nunca habían visto una caída tan drástica. «La gente prioriza gastar en comida, pero hasta eso se siente», lamenta. Mientras Bariloche espera la llegada de la temporada invernal, la incertidumbre y la preocupación crecen entre los barilochenses. ¿Logrará el turismo resucitar la economía local o estamos ante el inicio del fin para muchos comercios?