El Gobierno nacional ha dispuesto que el Ejército y la Armada refuercen la vigilancia en la frontera norte, habilitándolos a detener transitoriamente a civiles que cometan delitos en flagrancia. Esta medida se enmarca en el «Operativo Roca», que se lleva a cabo en conjunto con la Gendarmería.
El operativo, oficializado el 15 de abril y respaldado por el Decreto 1112/2024 y la Ley de Defensa Nacional, contempla un despliegue flexible que se adaptará a los diferentes escenarios de la frontera norte. El personal militar ha recibido capacitación y nuevo equipamiento, siguiendo las «Reglas de Empeñamiento», que se mantienen en reserva.
Según fuentes de Defensa, más de 10.000 efectivos del Ejército participan en este operativo, con hasta 1.300 desplegados permanentemente en las áreas de intervención. Para las tareas de control y vigilancia se utilizan drones, radares móviles, helicópteros, sistemas de comunicaciones y un avión Diamond.
El ministro de Defensa, Luis Petri, defendió la decisión ante las críticas, argumentando que la ley autoriza a las Fuerzas Armadas a reforzar el control de fronteras y que la posibilidad de detención en flagrancia está prevista en los códigos procesales.
Las Fuerzas Armadas actuarán en zonas rurales alejadas de los centros urbanos y de los pasos fronterizos oficiales, con el objetivo de obtener información estratégica para la defensa nacional.
La «Operación Roca» se suma al Plan Güemes, que ya está en marcha desde el año pasado. La ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich, destacó el compromiso del gobierno en erradicar las redes criminales y devolver la tranquilidad a las comunidades afectadas.