Recientes informes periodísticos, respaldados por grabaciones de las manifestaciones de jubilados y barras en Buenos Aires, sugieren que el gobierno nacional ha estado orquestando un ambiente propicio para generar caos y justificar detenciones. Las imágenes capturadas durante las protestas revelan la presencia de individuos que parecen ser infiltrados de la gendarmería, quienes habrían iniciado incendios en contenedores. Además, se observó la llegada de camiones cargados de piedras, que fueron dejados estratégicamente en las calles, así como el hallazgo de un arma de fuego en el lugar.
Un camarógrafo de C5N estaba realizando un recorrido visual por el cordón policial cuando captó el momento en que un agente lanza un arma en la plaza del Congreso. El policía incluso parece jugar con el arma, pateándola en el suelo. Posteriormente, la unidad policial se retira del área, dejando el arma abandonada.
Resulta llamativo que la denuncia presentada por el gobierno menciona la existencia de armas de fuego durante la protesta. «Es evidente que la denuncia fue redactada antes de la manifestación. Era necesario dejar un arma en el suelo porque ya estaba contemplada en el informe», afirmó un abogado que denunció el hecho.
Un incidente adicional que pone de manifiesto un posible operativo para generar conflictos fue el abandono de un patrullero en un lugar clave, justo cuando no se estaban produciendo altercados. Posteriormente, la represión hizo que los manifestantes retrocedieran hacia esa área.
Estas acusaciones, que son extremadamente graves, apuntan a una posible manipulación por parte del gobierno para deslegitimar a los manifestantes y presentar una narrativa de violencia. La situación se complica aún más con la inminente convocatoria a una nueva marcha, lo que podría intensificar las tensiones entre las autoridades y los sectores movilizados.
A medida que se acerca la nueva manifestación, las autoridades se preparan para un operativo de seguridad similar al que se implementó en la reciente movilización. La ministra de Seguridad ha sido criticada por su enfoque represivo, que ha dejado un saldo de heridos y detenidos. La falta de diálogo con los sindicatos y la CGT ha llevado a un endurecimiento de la postura de los trabajadores, que ya han anunciado un paro general para el 8 de abril.
El clima de desconfianza y la percepción de que el gobierno está utilizando tácticas de infiltración para desestabilizar las protestas han generado un fuerte rechazo entre los sectores opositores y los movimientos sociales. La situación en el país se torna cada vez más tensa, y las próximas semanas serán cruciales para el futuro del diálogo entre el gobierno y los trabajadores.
Policía Federal patea una pistola y la deja en la calle