Yamandú Orsi ha asumido la presidencia de Uruguay en un contexto complicado, ya que no cuenta con mayorías en el Parlamento y enfrenta diferencias internas dentro del Frente Amplio, la coalición de izquierda que vuelve al poder tras cinco años. Orsi, quien fue respaldado por José Mujica, un líder emblemático del Frente, había optado por no postularse en elecciones anteriores, prefiriendo consolidar su carrera desde la Intendencia de Canelones. Su estrategia le permitió ganar popularidad, convirtiéndose en un candidato natural para la presidencia en 2024.

A pesar de su victoria en la interna del Frente Amplio, los resultados de las elecciones generales fueron sorprendentes. La coalición de izquierda obtuvo el 44% de los votos, lo que le permitió tener mayoría en el Senado, pero no en la Cámara de Diputados, donde se requieren 50 bancas para aprobar proyectos. Esto obligará a Orsi a negociar con otros partidos para avanzar en su agenda legislativa. Las opciones incluyen acercamientos a Cabildo Abierto, un partido de la coalición oficialista, y a Identidad Soberana, que también tiene representación en el Parlamento.

En el ámbito económico, Orsi se enfrenta a desafíos significativos. Aunque la victoria de la izquierda no alteró drásticamente la percepción de los mercados, la agencia Fitch Ratings advirtió sobre las restricciones fiscales y la dificultad de reducir el déficit. Orsi ha designado a Gabriel Oddone como ministro de Economía, un economista que, aunque tiene un enfoque de izquierda, también es visto como cercano al sector empresarial. La situación económica de Uruguay, caracterizada por un crecimiento modesto y la necesidad de reformas, será un tema crucial en su gestión.