Los gobernadores aliados al gobierno de Javier Milei han comenzado a negociar obras y préstamos para mitigar el impacto del ajuste fiscal que se les ha exigido para el próximo año electoral. El presidente Milei había planteado inicialmente un ajuste de 60 mil millones de dólares, cifra que fue posteriormente revisada a 20 mil millones, lo que ha generado una mezcla de sorpresa y preocupación entre los mandatarios provinciales.

Durante una reunión reciente, los gobernadores discutieron cómo cumplir con las demandas del gobierno central sin perjudicar sus propias administraciones y, por ende, sus posibilidades electorales. La presión para reducir el gasto público ha llevado a algunos gobernadores a considerar alternativas de financiamiento, mientras que otros advierten que no están dispuestos a realizar recortes adicionales.

El encuentro, que incluyó a varios mandatarios de diversas provincias, dejó en claro que la situación es delicada. Algunos gobernadores, como el radical Maximiliano Pullaro de Santa Fe, han implementado políticas de austeridad que han resultado en un superávit, mientras que otros, como el peronista Rogelio Frigerio de Entre Ríos, están explorando opciones de crédito para financiar obras públicas.

El contexto de estas negociaciones es crucial, ya que se trata del primer proyecto de presupuesto elaborado por la administración de Milei, que combina medidas económicas ortodoxas con audacia política. A medida que se aproxima el año electoral, la habilidad de los gobernadores para gestionar sus presupuestos y mantener el apoyo de sus electores será clave para el futuro del peronismo y del gobierno de Milei.