Polémica tras la adjudicación de pozos petroleros de YPF a una empresa de reciente creación ligada al ex funcionario macrista Javier Iguacel. Las sospechas apuntan a supuestas influencias del ex presidente Mauricio Macri y su círculo cercano, encabezado por Nicky Caputo.

Apenas un mes después de su fundación con un capital inicial reducido, Bentia Energy, la novel compañía de Iguacel, obtuvo de manera sorpresiva cuatro pozos petroleros estatales. Este hecho generó interrogantes sobre posibles favoritismos en el proceso licitatorio impulsado por la gestión presidencial de Javier Milei.

«La repartija de estos activos energéticos estuvo en la mesa de negociaciones entre Macri y el líder libertario», aseveró una fuente allegada al entredicho. No es ningún misterio el marcado interés de Macri por el rubro petrolero, habiendo intentado anteriormente situar a su ex ministro Iguacel al frente de áreas clave del sector.

Los lazos entre Iguacel y Nicky Caputo, otrora socio comercial de Macri, resultan estrechos e insoslayables. Durante la gestión del ex presidente, Caputo designó a Lucas Logaldo, actualmente socio de Iguacel en Bentia, como mano derecha en el Ministerio de Energía.

Pese a los supuestos «distanciamientos» alegados por las respectivas cúpulas, los nexos entre Macri, Caputo e Iguacel permanecen intactos según trascendidos periodísticos. Incluso, se especula con un presunto compromiso del Ejecutivo de favorecer a Bentia con hasta siete pozos petroleros.

En medio de acusaciones cruzadas entre el oficialismo y la oposición sobre presuntas irregularidades, este escándalo pone en tela de juicio la transparencia en la privatización de activos energéticos estratégicos, tornándose un nuevo capítulo de la puja de intereses sectoriales bajo la lupa pública.