El presidente llamó «diputados golpistas» y «desestabilizadores» a quienes trabajan para que finalmente pueda tener su absurdo mega proyecto de leyes 1000 en 1. En plena negociación de sus responsables ante el Congreso con bloques opositores para lograr el respaldo a la Ley Bases de su programa económico, el presidente Javier Milei volvió a arremeter contra los legisladores que impulsan modificaciones para convertir el mega proyecto en algo «votable».

Desde República Checa, última escala de su gira europea, el mandatario responsabilizó a esos sectores por la reciente caída en los bonos y el aumento del riesgo país. «El intento desestabilizador por parte de ciertos grupos de la oposición hizo que el precio de los bonos caiga», fustigó.

Sin embargo, la postura dura de Milei contrasta con la necesidad de su gobierno de conseguir apoyos parlamentarios para aprobar este jueves la controvertida Ley Bases, pilar de su plan económico de shock. El éxito de esa votación dependerá, en buena medida, de alcanzar acuerdos con los mismos legisladores a los que el Presidente acusa de «romper el equilibrio fiscal».

Pese a ello, Milei se mostró optimista por algunos «indicios» económicos que, según dijo, muestran que su programa «va funcionando». Citó un informe privado que marca 0% de inflación en alimentos durante la tercera semana de junio. «Vamos por el camino correcto, todavía falta mucho», advirtió.

En paralelo, el Jefe de Estado brindó detalles de su encuentro con el canciller alemán Olaf Scholz, a quien transmitió el compromiso argentino con Ucrania frente a la invasión rusa y con el derecho de Israel a defenderse. También abordaron potenciales inversiones germanas en energías renovables.

Luego de recalar en Praga, Milei mantendrá reuniones con empresarios locales interesados en Argentina y con el primer ministro checo, Petr Fiala, antes de regresar al país para encarar la decisiva semana parlamentaria en procura de avalar su principal iniciativa legislativa.

A su regreso, deberá lidiar con una oposición que, pese a sus críticas, podría resultar clave para habilitar la aprobación de la Ley Bases en el Congreso. Un desafío en el que el Presidente deberá combinar su retórica confrontativa con la búsqueda de consensos que le permitan plasmar su programa económico.