En un acto tenso ante la Convención Nacional Libertaria, Donald Trump buscó encandilar a este electorado clave de cara a los comicios de noviembre. A pesar de los abucheos iniciales, el candidato republicano no titubeó y apuntó sus dardos contra Joe Biden y las «políticas fascistas de izquierda».

Desde el inicio, Trump dejó clara su intención: «Necesito su voto para ganar la elección más importante de Estados Unidos». Aunque muchos libertarios lo repudiaron con carteles y gritos, el ex mandatario mantuvo la calma e intensificó sus declaraciones provocadoras.

«Si no era libertario, ahora lo soy», arengó, para luego arremeter: «Biden representa el auge del fascismo de izquierdas». Sus palabras encendieron los ánimos, con un sector que lo ovacionaba y otro que exhibía lemas como «Maga igual socialismo».

En un desesperado intento por seducir a este electorado clave, Trump incluso prometió conmutar la pena del fundador de Silk Road, Ross Ulbricht, reclamada a gritos por los asistentes. Fue el único momento de aplauso unánime en una jornada signada por la tensión y el ríspido cruce de consignas.

Aunque los libertarios se mostraron divididos, Trump pareció no inmutarse. Agradeció la invitación y abandonó el escenario sin perder la sonrisa, convencido de haber logrado captar algunos votos que podrían ser decisivos en noviembre. Un auditorio hostil, pero un objetivo claro: atraer hasta el último sufragio en la carrera por la Casa Blanca.