En un enérgico rechazo, el gobierno israelí rechazó la amenaza del presidente estadounidense, Joe Biden, de suspender el envío de armas si sus fuerzas avanzan sobre la ciudad de Rafah, clave en su ofensiva contra Hamás en la Franja de Gaza.

«Es una declaración difícil y muy decepcionante», lamentó el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan, primera voz oficial en reaccionar. Subrayó que «cualquier presión o restricción», incluso de aliados cercanos, será vista como una muestra de debilidad por sus enemigos.

Erdan cuestionó cómo pretenden derrotar al «grupo terrorista» Hamás si se les impide acceder a bastiones como Rafah, donde operan miles de sus milicianos. «Al final, Israel hará lo necesario para proteger a sus ciudadanos», advirtió.

Esta postura desafiante se da luego de que Biden fijara condiciones para el suministro de armamento de EE.UU., principal valedor militar de Israel. «Si entran en Rafah, no proporcionaré las armas utilizadas contra ciudades», declaró el miércoles al canal CNN.

Pese a los llamamientos internacionales a la tregua, el primer ministro Netanyahu ha intensificado los ataques en Gaza con el objetivo de «aniquilar» a Hamás. La ofensiva inició después de que el grupo palestino lanzara cohetes sobre territorio israelí.

«Es bastante claro que cualquier presión será malinterpretada y dará esperanzas a nuestros enemigos», insistió el embajador Erdan, dando a entender que Israel mantendrá su línea de acción sin ceder ante las advertencias de su principal aliado.