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¿Una clase aria libertaria se abre camino en Argentina?

Aunque los medios suelen obviar comentarios u opiniones que puedan opacar la imagen de figuras que generan rating, lecturas o interacciones, algo importante está ocurriendo en Argentina y no debe mirarse al costado.

Hace pocos días, la periodista Laura Ubfal escribió en twitter: “La gente eligió tres chicos jóvenes, sanos, bellos. Una sociedad blanca y perfecta. Que gane el mejor. Gran Hermano ya ganó el corazón de todos”.

La foto con la que Ubfal ilustraba su twit era de los tres jóvenes finalistas del programa televisivo, dos varones y una mujer, todos con el cabello teñido de rubio y sí, de tez blanca. Tez blanca y cabello rubio (aunque sea falso) representan lo que los nazis llamaban raza aria. Una raza blanca, de cuerpos esculpidos y cabellos rubios. Para agregar perfección, Ubfal escribió “sanos” y “bellos”.

Es quizá una de las expresiones que más ha desconcertado en los últimos años y sobre todo en una sociedad como la Argentina, formada por nativos e inmigrantes que nada tienen de “arios”.

¿Es aislado que a alguien le parezca mejor un ser humano si es blanco? si es rubio? si es bello o si es sano? Si bien parece una expresión que no representa a la mayoría, claramente representa a un sector de la sociedad que se está soltando. Que se considera “políticamente incorrecta” por decir lo que asumen, la mayoría piensa.

Lo que sucedió con la experimentada comunicadora social parece algo aislado, pero en realidad es reflejo de un sector de la sociedad que tiene un único referente: Javier Milei.

El economista es quien encarna la instalación de un liderazgo, un nuevo estilo o para ser directos, un nuevo orden social en Argentina.

Dijo Javier Milei ante las cámaras de televisión: “somos superiores en lo productivo, lo moral y superiores en lo estético”.

Sus palabras fueron para respaldar a la “Generala AnCap” un personaje en ese momento interpretado en vivo por Lilia Lemoine, su asesora. La mujer entró al estudio con un disfraz de super heroína y cuando la presentaron por su nombre ella le comentó al conductor que venía desde “LiberLand” porque había escuchado el llamado de los argentinos pidiendo libertad.

Milei hizo una aclaración sobre quien lo asesora en imagen y fue candidata a diputada: “no es sólo una bella señorita” aseguró. La enmascarada acotó: “la belleza de los liberales es para demostrar que somos superiores también en ese aspecto”. Es la misma mujer que le dijo a un grupo de aspirantes a cibermilitantes que si le dice a una persona obesa que es un “tanque australiano lleno de medialunas” no es un insulto. «¿Está permitido llamar a Ofelia Fernández tanque australiano de medialunas?», preguntó a sus alumnos. Ante el desconcierto de los presentes, Lemoine recogió el guante y los contradijo: «Sí! Está bien llamarla así, porque es un clásico».

El lado positivo es que a pesar de la obsesión del grupo cercano a Milei por lo que consideran superioridad estética, han tenido que comenzar a ceder para dejar espacio a lo “estéticamente imperfecto”.

Entre los referentes de Milei en la provincia de Buenos Aires hay dirigentes de ambos sexos con mucha experiencia y trayectoria política. La mayoría formados en el peronismo y ex cambiemos, pero que como toda persona promedio tal vez sean de tez más oscura que la de Lemoine, tal vez no sean rubios, ni de cuerpos esculpidos.

Por suerte Milei ha comenzado a aceptar referentes que le suman política a su espacio a pesar de faltarles parte de la dentadura, no tener cabello, ser de tez no blanca radiante y hasta con importante sobrepeso. Lo “estéticamente imperfecto” es todo aquello que hace a las personas, comunes y especiales a la vez. Los seres humanos, como individuos, somos la suma de todas las características y particularidades que nos hacen únicos.

Sería importante que los adultos nos aseguremos de explicarles a nuestros hijos que lo importante de cada uno está en quienes somos. Nuestra voluntad, capacidad, ganas de hacer es lo que suma a la sociedad y nos hace mejor versión de nosotros mismos. No existen “personas superiores” a partir de ser “sanos”, “rubios”, “blancos” o en definitiva, “estéticamente superiores”.

Si bien la apertura de Milei hacia los “estéticamente imperfectos” es una cuestión de necesidad, sirve para nutrir a su espacio de pensamiento más allá de la importancia que tanto él como su núcleo de confianza le dan a temas como la belleza y la perfección.

Joaquín Gayone
Agencia País