Se trata del periodista Diego Valenzuela y el ex ministro de seguridad porteño Guillermo Montenegro, hoy intendente de la ciudad de Mar del Plata.

Ambos casos son tan llamativos dentro de la práctica política que comenzaron a encenderse las luces de alarma en CABA, donde Rodríguez Larreta cuida las alianzas internas, las cuales considera fundamentales para intentar llegar a la Presidencia en 2023.

Primero fue el caso de Valenzuela. El intendente quería que su cuñado asumiera como concejal y para ello decidió nombrar en el Ejecutivo a la concejal que estaba antes que su pariente y así dejar la vacante para que pudiese asumir. Hasta ahí, una movida no habitual para alguien puro e inocente que no viene de la política.
Pero la concejal Patricia Rodríguez, del mismo bloque, alertó que el lugar correspondía ser ocupado por una mujer y pedía discutirlo con las normativas correspondientes en mano.

La Justicia dio lugar a un pedido de Rodríguez y Valenzuela terminó borrando del Concejo al mismísimo Presidente del cuerpo para generar una vacante que permitiera ingresar a su cuñado, lo cual finalmente ocurrió.

Ante la negativa de Rodríguez de abandonar el bloque al que pertenece por identidad política, lo que ya era un delirio mutó a una de las acciones políticas mas bizarras de las que se tenga registro. Los concejales de Valenzuela decidieron abandonar Juntos por el Cambio y formar Juntos por el Cambio Tres de Febrero. Todo para dejar en soledad a la concejal que había reclamado el cumplimiento del cupo respetando género.

Hoy, Patricia Rodríguez es la única concejal del bloque Juntos por el Cambio. Le quitaron la vice presidencia del HCD y por un acuerdo entre el Ejecutivo y el Frente de Todos, sus proyectos no logran pasar prácticamente ninguna comisión.

El segundo caso y más resonante fue el de Guillermo Montenegro en Mar del Plata

Montenegro llegó a la intendencia con el apoyo de Vidal y con la promesa de solucionar el grave nivel de inseguridad en la ciudad. Pero además de la inseguridad y de la inesperada aparición del coronavirus, tenía que afrontar el vencimiento de la concesión del transporte público de pasajeros.

Alejandro Carrancio, presidente del bloque Vamos Juntos que representa al intendente, solicitó una extensa lista de cambios al proyecto presentado.
Desde el ejecutivo jamás respondieron ni dieron lugar a dichas modificaciones. Por ello, el concejal alertó dos veces de manera directa avisando que si no eran analizadas sus propuestas no tendría otro remedio que votar en contra.
Ni el intendente ni sus interlocutores mostraron el mas mínimo interés en responderle a su presidente de bloque. Semanas después, al momento de tratarlo en comisión, el concejal cumplió lo dicho y votó en contra.

Ante la concreción de ese final anunciado, Montenegro habría explotado de bronca y para dar una demostración de poder decidió pedirles la renuncia a cuatro funcionarios municipales que pertenecen al espacio político del concejal. Carrancio, que en innumerables ocasiones representó al Intendente en los debates del HCD, no tuvo mas remedio que apartarse de Vamos Juntos y quedar como un miembro del interbloque Juntos por el Cambio.
Fue la estructura local de “Crear”, integrante de Vecinos Unidos y liderada por el senador Lucas Fiorini, la que le permitió a Montenegro ganarle las PASO a la radical Vilma Baragiola.

Al igual que la concejal de Tres de Febrero, Alejandro Carrancio, de Mar del Plata, pertenece a Vecinos Unidos, una agrupación que nuclea a más de cincuenta concejales en la provincia y que trabajan para fortalecer y hacer crecer Juntos por el Cambio. Paradójicamente, reúne a referentes políticos que no tuvieron la participación esperada o no fueron justamente valorados por el PRO durante el gobierno de Cambiemos.

Increíblemente, hace apenas semanas un grupo de concejales de esa fuerza interna fueron recibidos por Diego Santilli y vienen trabajando junto a los mas importantes funcionarios de Rodríguez Larreta.

Montenegro eliminó de manera absoluta del ejecutivo a una agrupación política de importante cercanía a Santilli y tal vez, aunque no tan conocida mediáticamente, una de las más grandes dentro de Juntos por el Cambio en la provincia después de la UCR.

Las inexperiencias políticas de Valenzuela y Montenegro pero sobre todo, sus desmedidas acciones, encendieron las luces de alarma en CABA. Mientras Rodríguez Larreta reconocía la figura de Eva Perón en las redes sociales como clara señal de apertura, dos intendentes del PRO forzaban la ruptura de sus bloques de concejales.

En CABA analizan cómo contener al espacio que sería parte de una base estructural clave pensando en 2023 y lo negativo de estas situaciones a los ojos de otros espacios similares como el de Pichetto o Emilio Monzó que también reclaman mayor apertura del PRO hacia sus socios políticos dentro de Juntos por el Cambio.
Es llamativo como mientras que un sector importante del PRO como el de Rodríguez Larreta se esfuerza en la apertura, otro sector no lo asocie o interprete como sinónimo de unidad.

Cristian Piperno
Agencia País