Las mutaciones del COVID-19 están poniendo en alerta a la comunidad científica mundial. Las voces se alzan en diferentes sitios, aunque, hasta ahora, la única certera es la que se ha detectado en el Reino Unido y Sudáfrica, que han implicado un cierre estricto en ambos países, además de la restricción local de ingreso de viajeros de dichos destinos. Ahora la preocupación surgió en el plano local, en donde una nueva mutación, denominada S_E484K. “S”, fue detectada en la Argentina por científicos del Proyecto PAIS, quienes lo estudian a contra reloj para poder concluir si se trata, efectivamente de una nueva variación del SARS-CoV-2.

Mariana Viegas, bioquímica, viróloga e investigadora de CONICET, a cargo de PAIS, dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, confirmó que “en medio de las semanas navideñas” trabajaron en pos de la obtención de un procedimiento que permitiera seguimiento más estricto sobre todo en materia del acceso de las nuevas cepas o variantes registradas al país.

Coordinado por Viegas, quien también forma parte del Laboratorio de Virología Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el equipo trabaja articulada y colaborativamente para realizar estudios genómicos de SARS-CoV-2 en nuestro país y aportar tanto al conocimiento local como a la base de datos global de circulación viral GISAID (Global Initiative on Sharing All Influenza Data).

Las tareas realizadas con velocidad determinaron que de 71 muestras positivas obtenidas en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez en la segunda semana de diciembre, se analizaron 39 con detalle. En ninguna de ellas se detectaron mutaciones.

Luego de Navidad, un segundo trabajo realizado sobre 144 muestras también arrojó resultados negativos en cuanto a cambios de extrema relevancia, aunque sí se observó la presencia de la mutación S_E484K en una muestra de GBA, que es una de las tres mutaciones ya identificadas en Sudáfrica, y que, además, concuerda con otra muestra única hallada en Río de Janeiro.

Fuente: Infobae/AgenciaPís