El Gobierno de Maduro, a través del Banco Central de Venezuela, lleva más de dos años intentando sin éxito recuperar unas 30 toneladas de oro de la reserva nacional, valoradas en mil millones de dólares.

El Tribunal Supremo británico aceptó pronunciarse sobre el oro de Venezuela guardado en el Banco de Inglaterra cuyo control se diputan Nicolás Maduro y Juan Guaidó, pero el caso tendrá que esperar hasta la segunda mitad de 2021.

«La orden del Tribunal Supremo que da a Guaidó permiso para apelar fue emitida ayer (miércoles) por la tarde, aún no tenemos una fecha para la audiencia pero no se espera que tenga lugar hasta la segunda mitad de 2021», dijo a la agencia AFP Jane Wessel, abogada que representa a la oposición venezolana.

Por su parte, el letrado de la administración Maduro, Nicholas Vineall, aseguró que este complejo caso, en que la justicia británica ya había dado la razón al líder opositor para luego quitársela, podría ahora tener que esperar hasta «octubre o noviembre del año que viene».

Por una orden de la Corte de Apelación emitida en octubre, la magistrada Sara Cockerill, del juzgado comercial de la Alta Corte de Londres, debía determinar este jueves la justicia volvía a preguntar al gobierno de Boris Johnson a cuál de los dos rivales políticos reconoce como «presidente de facto» de Venezuela.

Sin embargo, la jueza decidió que dado que el Tribunal Supremo autorizó ayer revisar ese fallo «sería inapropiado seguir adelante» con un procedimiento paralelo.

El gobierno de Maduro, a través del Banco Central de Venezuela presidido por Calixto Ortega, lleva más de dos años intentando sin éxito recuperar unas 30 toneladas de oro de la reserva nacional, valoradas en mil millones de dólares, que tiene guardadas en las cámaras acorazadas del Banco de Inglaterra.

Pero la Asamblea Nacional de Venezuela, dominada por la oposición y presidida por Guaidó, nombró en julio de 2019 a su propia dirección ad hoc del banco central venezolano y pidió a Londres que no entregase los lingotes, porque podrían servir para reprimir al pueblo venezolano, o llenar los bolsillos de un régimen que califica de «cleptócrata».

Con el argumento de necesitar el dinero para combatir la pandemia de coronavirus, Caracas se querelló en mayo contra el Banco de Inglaterra y aseguró que la causa era urgente debido a la crisis humanitaria.

La institución, que custodia fondos para numerosos países, dijo sin embargo encontrarse atrapada entre dos grupos rivales que le dan instrucciones contradictorias y pidió a la justicia que, antes de decidir el destino final del oro, se resolviese quién tiene su control.

La existencia de dos «presidentes» rivales lleva tiempo dificultando que el Gobierno venezolano pueda acceder a los fondos del país en el sistema financiero internacional.

Si el Tribunal Supremo acaba dando la razón a la junta ad hoc nombrada por Guaidó, sentaría un precedente que la oposición espera utilizar para recuperar activos venezolanos depositados en otros bancos centrales europeos.